Procuro no cerrar los ojos,
pues tú piel está en cada fragmento
de mis recuerdos,
tanto que envidio tus lunares
que recorren perfectamente tú cuerpo.
Respiro y mi ser se concentra en tus manos,
en el roce de tus labios,
en tú dulce hablar
Y las ganas que me dan
de no dejarte.
Y llega la noche sin ti,
tan fría y llena de miedos,
pero tan solo cierro los
PARA VERTE DE NUEVO.
lunes, 8 de noviembre de 2010
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