domingo, 15 de noviembre de 2009

¿TE ARREPIENTES?

¿Te arrepientes? –por que arrepentirme de algo que no puedo cambiar-

Paranoia. Intuitivo, agradable, miedoso, sorprendido, médium, puedo decir muchas cosas, hasta que me gustó besarlo a pesar de no conocerlo tan bien, puede que sea un hombre común, puede no serlo a ciencia cierta. Su pasión por la música y su desparpajo por la vida a sus treinta y tantos, no, no existe tal desparpajo, pero están los cimientos de tener conciencia que si se vive es para si.

Buscamos, no placer, solo comprensión bajo una lluvia que ocultaba las lagrimas de nuestras almas, nuestros dramas, nuestras dudas y miedos. 12:30am el frío se sentía, la brisa nos abrazaba y en mitad de la calle nos encontramos, tomamos el taxi, y fuimos en busca de lo que “queríamos”.

Un motel, rareza, incomodidad, él cerro los ojos, tenia pena, caminamos el pasillo a la habitación 5, ¿Quiénes éramos en ese trayecto? Queríamos ser desconocidos, ser alguien más, menos nosotros. Nos quitamos poco a poco los pesares del pasillo, pero aun la incomodidad existía. – Nunca había estado en un lugar como este- comentó

Un lugar barato, indecente, pero al fin de cuentas cuando te pierdes en la piel de tu acompañante, lo demás no existe.

Apagamos la luz y en un colchón que ha sido cómplice de muchos las caricias nos enredaron, las palabras desaparecieron y leves quejidos hacían juego con el caer de la lluvia.

Sentí su respiración, probé su cuello que era recorrido por mis labios, rosado por mi barba, llegué a su pecho, mordí sus pezones, lamí con placer con la punta de mi lengua y ahí se fueron nuestros sentidos, nos perdimos.

Entre en su cuerpo, disfrute sus ser, y en su pecho éxtasis desborde. Un raro deseo, otra forma de goce, lamí de su pecho parte de mi, llegué a su boca y en un beso blanco terminamos todo.

La lluvia no cesaba y a la luz encendida revivimos, nos miramos y disfrutamos de aquel momento… despertamos el pasado, parte de mi vida fue contada, parte de la suya igual, nos confiamos el presente, coincidimos en errores, en gustos musicales, en amigos, y nos dividimos en ellos… - que chico es Villahermosa- …

-¿Te arrepientes? – Por que arrepentirme de algo que no puedo cambiar-, nuestros errores y los errores de los demás permanecerán en el pasado y tendremos que tomarlos como una enseñanza.

Más y más palabras, más y más lluvia, más y más agua, nos compenetramos en una platica que pudo no haber tenido fin, era tan cómoda su mirada que olvide donde estábamos, olvide el sueño. Paranoia, muchos ruidos allá afuera. –un hombre entrara y nos destazara.-

Nuestra intuición no falló, no fue un hombre a destazarnos el que entro, el agua nos ganó terreno, de pronto nos encontramos con 20 centímetros de agua, la cama se había convertido en una especie de isla, nuestros pantalones flotaban junto a nuestras sandalias, vi en sus ojos enojo, pero a la vez resignación y buen humor.

-no puede estar pasando esto.-
-es bizarro.- conteste.
-no, es más que eso.-

Exprimimos nuestras ropas, y salí con la encargada para que las secara, regrese a la habitación, aun tengo en mi mente esa mirada de asombro- no lo puedo creer- todo pasó en esa noche, una noche de 8 de septiembre que termino en una odisea llena de descanso, de rareza, de Venecia, de música y una linda mirada.

Ahora dime, ¿tú te arrepientes?

TENGO MIEDO

Por que no vaya ser que cansado de verte me meta en tus brazos para poseerte y te arranque la ropa, y te beses los pies y te llame mi diosa…
Fernando Delgadillo.


Hoy me desperté con la boca llena de tu nombre, con la dulzura de tus besos, con la sensación de aún tenerte entre mis brazos; sentí tu aroma, respire tu aliento, disfrute la calidez de tu cuerpo en el mío y en tu lado de la cama.

Desperté con esa sensación en el pecho, un ahogo profundo que no peca de mortífero, un calor penetrante que se riega en mi estomago y me hace sonreír de la nada; me desperté con las ansias de detener el tiempo con tu mirada.

Mi cama esta llena de ti, pero aún así, cierro los ojos con temor de que cuando los abra no estés; mantengo la esperanza de que al volver a mirar esa sonrisa se detengan mi cuerpo y busquen en tus labios un beso procurando no mover mis torpes pies, ni dar un paso más hacia ti para que así no te desvanezcas. . .



Hoy no desperté, hoy mis manos se quedaron secas, mi cuerpo no tenia esa sensación, solo dolor, que me aprieta dejándome sin respirar, me nubla la mirada al igual que el pensamiento, hoy te busque en tu lado de la cama y no te encontré, me sentí solo, vacío, ya no veía tu sonrisa, ni tus manos se tejían en mi cabello, ya no veía, ni tu sombra, ni tu nada.