La delgada tela fue desgarrada
Tus manos me poseen y no me dejan
Tu aliento sobre mi espalda,
Tu mirada en mi cuello.
Pasión en tus labios
Deseo en tu cuerpo.
Entregado a ti estoy
Sin mirar más allá
No siento temor
Aunque mi sangre
En tu boca esta
Devorador nocturno
Mi corazón has detenido
Tu deseo has cumplido
Hoy me llevas al olvido.
jueves, 11 de diciembre de 2008
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